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SEGUNDO REINO LOMBARDO-VÉNETO:

_Estado Absolutista Habsburgo (1849-1859)_


Francisco José I (1848-1866)


3 Centésimos, 1852.

Cobre.

22,80 mm; 5,16 g.

Ceca: Milán, Italia (M)


A/: IMPERIO AVSTRIACO. Águila bicéfala coronada, con armas heráldicas en el pecho. Debajo: M.

R/: 3 / CENTESIMI. En exergo: 1852.


KM #30.1; [VF]


El Segundo Reino Lombardo-Véneto emergió de las cenizas que dejaron las revoluciones de 1848, cuando la insurrección liberal y nacionalista descompuso por completo la vieja arquitectura restauracionista y expulsó temporalmente a Austria de Lombardía y Venecia. Tras sofocar las revueltas, el imperio regresó no con espíritu conciliador, sino con la firmeza acerada del absolutismo Habsburgo, decidido a reconstruir el reino bajo disciplina férrea. Se impuso una administración más centralizada, una vigilancia más severa y un orden político sin resquicios para el disenso. Bajo este clima, el reino revivió, pero lo hizo como una entidad endurecida, distante y profundamente militarizada. Su ciclo concluyó en 1859, cuando la derrota austríaca en la guerra contra Piamonte-Cerdeña e Italia lo despojó de Lombardía y lo dejó herido en su propia esencia.

Segundo Reino Lombardo-Véneto - 3 Centésimos (1852 M) - KM #C30.1

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SEGUNDO REINO LOMBARDO-VÉNETO:

_Estado Absolutista Habsburgo (1849-1859)_


Francisco José I (1848-1866)


3 Centésimos, 1852.

Cobre.

22,80 mm; 5,16 g.

Ceca: Milán, Italia (M)


A/: IMPERIO AVSTRIACO. Águila bicéfala coronada, con armas heráldicas en el pecho. Debajo: M.

R/: 3 / CENTESIMI. En exergo: 1852.


KM #30.1; [VF]


El Segundo Reino Lombardo-Véneto emergió de las cenizas que dejaron las revoluciones de 1848, cuando la insurrección liberal y nacionalista descompuso por completo la vieja arquitectura restauracionista y expulsó temporalmente a Austria de Lombardía y Venecia. Tras sofocar las revueltas, el imperio regresó no con espíritu conciliador, sino con la firmeza acerada del absolutismo Habsburgo, decidido a reconstruir el reino bajo disciplina férrea. Se impuso una administración más centralizada, una vigilancia más severa y un orden político sin resquicios para el disenso. Bajo este clima, el reino revivió, pero lo hizo como una entidad endurecida, distante y profundamente militarizada. Su ciclo concluyó en 1859, cuando la derrota austríaca en la guerra contra Piamonte-Cerdeña e Italia lo despojó de Lombardía y lo dejó herido en su propia esencia.

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